Nuestros comienzos

LA TIERRA

En la zona del Penedès, a pocos kilómetros del mar Mediterráneo, se encuentra la bodega de la familia Garrido. Una tierra fértil, acariciada por la brisa costera, y besada por el sol mediterráneo que otorga un carácter único y personal a los vinos. Durante más de 40 años, han trabajado con amor esta tierra bendecida por un clima templado y viñas añejas para producir vinos espumosos de primera calidad.

La familia Garrido lleva todos estos años trabajando pensando en la sostenibilidad para elaborar un producto artesanal, auténtico, excepcional y verdaderamente respetuoso con el medio ambiente.

 

LA FAMILIA

El apellido Garrido forma parte por excelencia de la historia vitivinícola del Penedès. Descendientes de toda una generación dedicada a la producción de vino en Jerez, decidieron, en los años 70, trasladarse a Sant Sadurní d’Anoia. Con toda la dedicación y profesionalidad acumulada durante más de treinta y cinco años, empezaron a trabajar en las bodegas de cava Codorniu.

En 1984, Antonio Garrido abrió su propia bodega de cava y puso en práctica con firmeza sus amplios conocimientos sobre la elaboración artesanal y tradicional. Respetando los más altos estándares de calidad aprendidos en Codorniu, y partiendo de sus orígenes y de su obsesión personal por la fermentación controlada para conseguir el producto más natural posible. Finalmente, Antonio consigue un producto excepcional que pocas bodegas pueden igualar hoy en día.

Garrido es sinónimo de la historia de toda una familia dedicada a la elaboración de vinos espumosos.